Vivimos en la era digital, en donde las aplicaciones de mensajería instantánea se han vuelto parte fundamental de nuestro día a día. Desde algunas como Whatsapp hasta Telegram, han revolucionado la forma en que nos comunicamos.
Ahora bien, ¿te imaginas que desaparecieran de repente? Puede parecer que sería simplemente volver a lo que hacíamos antes, pero en todos estos años hemos cambiado muchísimo nuestros usos y costumbres.
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Nuestra dependencia actual a la mensajería instantánea.
En la actualidad, la gran mayoría de personas tiene un teléfono inteligente, con el cual tienen acceso a algún tipo de mensajería instantánea. Lo utilizamos para estar en contacto permanente con amigos, familiares y colegas de forma rápida y eficiente.
Si llegaran a desaparecer, esa velocidad de comunicación se vería afectada de forma inmediata dando pie a varias consecuencias.
Uno de los impactos más evidentes sería la pérdida de la comunicación instantánea. Las conversaciones que solíamos mantener a través de estas aplicaciones ahora tendrían que recurrir a métodos más tradicionales, como las llamadas telefónicas o los mensajes de texto. Esto podría llevar a retrasos en la comunicación y dificultades para coordinar planes y actividades.
Impacto en la vida laboral
Ya hablando en el ámbito laboral, ya en muchas empresas estas aplicaciones se utilizan de manera intensa para la comunicación interna. Su desaparición dificultaría de gran manera la forma actual que los empleados colaboran entre sí.
Muchas reuniones virtuales y coordinación de proyectos se verían afectados, por lo que tendrían que cambiar rápidamente. Pero en este cambio se perdería mucha velocidad y eficiencia ya adquirida.
La privacidad en juego
La privacidad es otro aspecto a tomar en cuenta. Hoy en día estas aplicaciones son muy seguras en este aspecto, pero al desaparecer se comenzarían a buscar nuevas forma de llevar los mensajes. Y estas podrían no ser seguras.
La seguridad en comunicaciones es un tema prioritario, por lo que habría que buscar alternativas para poder hacerlo. Pero mientras hay la transición, podrían ocuparse toda clase de formas de llevar la comunicación no segura.
Regresarían las llamadas telefónicas.
Con la desaparición de las aplicaciones de mensajería instantánea, es probable que veamos un resurgimiento de las llamadas telefónicas. Las personas tendrían que recurrir a hablar directamente por teléfono para mantenerse en contacto.
Esto podría tener un impacto en la forma en que nos comunicamos, ya que las llamadas telefónicas suelen ser más personales y detalladas que los mensajes de texto.
Obligados a adaptarse.
En última instancia la vida tendría que seguir, por lo que nuestra sociedad se vería obligada a adaptarse a nuevas formas de comunicación. Aunque sería un cambio significativo, es probable que encontremos soluciones alternativas para satisfacer nuestras necesidades de comunicación.
Y debo añadir que habrán muchas personas que se alegarían por ello. No en mala manera, pero si con la esperanza que las formas de comunicarse más personales puedan llegar a resurgir una vez más.
Al final, su desaparición es algo poco probable. Pero es buena idea ponernos a pensar en cómo se han infiltrado profundamente en nuestra vida cotidiana. Y que si nos los quitaran el día de hoy, sería difícil volver a acostumbrarnos.
Pero la realidad es que seguramente a futuro vengan tecnologías todavía mejores, que acabarán por integrarse de lleno en la sociedad.