A la hora de sembrar, existen varias formas de potenciar nuestro trabajo y poder tener vegetales de mayor calidad. Uno de ellos es el uso de fertilizantes, que es casi considerado indispensable para poder trabajarlo.
Pero como siempre sucede, cada cosa se tiene que aplicar en su justa medida para que pueda funcionar bien. Incluso si el fertilizante es bueno para nuestra siembra, debemos de utilizarlo en su justa medida.
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¿Cuál es la función básica del fertilizante?
El fertilizante, también conocido como abono, es aplicado para incrementar la calidad de la tierra. Al colocarla, aumentaremos la cantidad de nutrientes que posee esta y gracias a ello las plantas podrán alimentarse mejor.
Esta puede ser de origen orgánico o inorgánico, por lo que como granjero tu misión será conseguir la de mejor calidad para poder tener la tierra a punto.
La más tradición, natural y ecológica es la obtenido a base del estiércol de animales, ya que suele ser barata y fácil de conseguir. Y funciona de maravilla para poder tener el piso lo más nutrido posible.
¿Qué pasa si se aplica en exceso el fertilizante?
El problema puede suceder si algún granjero, pensando que mientras más abono más nutrido vaya a quedar el piso, comience a utilizar el abono en exceso.
Pero la sobrefertilización suele ser uno de los factores que causan la aparición de enfermedades en las plantas. Estas pueden tener enfermedades por la carencia de nutrientes, pero el exceso de estos también puede ser malo.
Al tener este exceso, las plantas terminan por crecer enfermas, y también causará que crezcan espigadas. Esto último quiere decir que terminará por crecer mucho a lo alto, pero poco a lo ancho.
Otro efecto secundario negativo sucede en las raíces, que al tener este exceso terminarán por quemarse debido a que la cantidad de sales que se encuentran es bastante alta.
Debes de saber que cada planta tiene sus propias necesidades, por lo que será recomendable contactar con un experto para que te asesore en el caso de cada una de estas.
Síntomas visibles de planta sobrefertilizada.
Existen varias signos que puedes observar en una planta a la que se ha aplicado demasiado abono.
Las hojas empiezan a caer de forma masiva.
La planta no termina de crecer, aunque siga viva.
Las hojas aparecen marchitas o con los bordes de otro color.
Las flores jamás terminan de abrir.
Es buena idea también revisar que no haya pulgones u otras plagas, que podrían terminar por ser atraídas por ello.
¿Cómo recuperar una planta sobrefertilizada?
Si está en una maceta.
Cuando se encuentra así, es mucho más sencillo limpiarla. Ya que puedes extraer la planta de su lugar, pudiendo colocar el cepellón de raíces en agua durante 20 minutos para que pueda limpiarse del exceso.
Esta agua puede ser pasada por ósmosis o de lluvia. La idea es que puedas quitarle todas las sales que la han cubierto; al mismo tiempo, puedes aprovechar lavar la maceta por completo y renovar la tierra.
Si está en el piso.
En este caso, la situación se complica un poco más, pero aun así es posible salvarla.
La vas a prácticamente lavar también, pero para ello no sacarás la planta. Lo que harás será regalar bastante, de tal forma que el agua termine por empapar la porción de tierra.
Esta acción causará que las sales vayan yéndose junto con el agua al fondo. Por supuesto, es posible que al inicio tengas algunos problemas con la planta, como la pérdida de hojas.
Pero de esta forma podrías salvar la planta de las sales que la encontraban quemando. Vale la pena el riesgo.