La hora del muerto se dice es a las 3:30 de la mañana. Supuestamente durante ese tiempo, las almas de los muertos y el diablo se dice pueden vagar por la tierra mucho más que en cualquier otra hora del día.
Y si una persona se despierta a esa hora, dicen que es por culpa de ellos. Esto puede sonar como una historia más hasta que te sucede que abres los ojos a esa hora. Y te asustas, ¿acaso me despertó un ser del más allá?
¿Qué sucede si despierto a las 3:33 de la mañana?
La idea por si misma resulta escalofriante, pensar que un ser otro mundo se encuentra en tu habitación da miedo. Además, suele venir acompañado de otra situación estresante: el que te suba el muerto.
Este es un fenómeno en donde tu cuerpo queda paralizado, y según la tradición, es porque tienes al muerto trepado encima. Y esto puede ser explicado de manera científica, pero casualmente, muchas ocasiones sucede a esta hora.
Una de las explicaciones racionales mas comunes es pensar que a esa hora nos encontramos más vulnerables a toda clase de organismos patógenos, que pueden llegar a causar esta reacción en nuestro cuerpo.
¿Y porqué sucede a esa hora? Estamos dormidos, vulnerables y la temperatura ha cambiado. Se piensa que por eso sucede la reacción a estos mecanismos, pero hay otras personas que piensan que son los muertos.
¿Y por qué la gente tiene miedo?
Esto es una mezcla entre tradición y anécdotas. Ya que son muchas las personas que cuentan que fallecieron a esta hora. O incluso en algunos casos, que vieron cosas sobrenaturales que les dieron mucho miedo.
Por lo que esto ha sido platicado de generación en generación, causando que incluso algunas personas lo den por hecho. Esto ha hecho que pase a ser un mito muy popular que la gente sigue repitiendo.
Como suele pasar en estos casos, no existe evidencia científica que respalde esta afirmación. Por lo tanto, es más una cuestión de fe creer en ello.
No existe una estadística oficial que muestre que algo se encuentra pasando a esa hora. Por lo tanto, es cuestión de mostrar respeto a quien te diga que algo pasa. Pero más allá de ello, no hay forma de comprobarlo.