La muerte es natural, es normal y pasa todos los días. Es de las pocas cosas seguras que tenemos en esta vida, todos terminaremos por morir. Por lo tanto, es un suceso diario al que la humanidad se enfrente.
Y aún así, cada una de estas muertes es muy fuerte y significativa para cada persona. Porque cada historia es única y una muerte por lo tanto es un evento en la vida de cada quien. Pero, ¿hasta cuando seguir llorando?
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¿Cuánto tiempo debo llorar la muerte de un difunto?
Esto es una opinión. Porque a decir verdad, nadie tiene una respuesta exacta para ello. Ya que cada caso es único, cada persona es única, cada circunstancia también. Todos tienen una historia en extremo diferente.
Por lo tanto, incluso no llorarlo puede llegar a ser muy contraproducente. Porque los sentimientos se quedan en el interior, hay mucho que se quiere decir e incluso puede llegar a lastimar no exteriorizar nada.
Cuando alguien muere, se tienen que pasar por algunas etapas: Negación, depresión y aceptación.
- La negación, en este proceso se vive un tremendo desconcierto, una etapa en la que incluso podemos llegar a pensar que no pasó. Nuestra mente se resiste a pensar que sucedió esta desgracia en nuestra vida.
- La depresión llega con aceptar que pasó. Pero no estábamos listos para su partida, nos hace falta y duele. Por lo tanto, nuestros ánimos caen y nos deprimimos. Es como caer en un pozo en el que no podemos salir.
- La aceptación llega luego de un tiempo. En donde por fin enfrentamos el dolor. No se ha ido, pero aprendemos a lidiar con él. A saber que la vida sigue adelante y que todavía nosotros seguimos vivos.
Estos 3 pasos son los más regulares, pero puede haber problemas si no se pasa.
¿Qué pasa si uno llora demasiado tiempo a un muerto?
Aquí es donde pueden llegar a ocurrir problemas: en algunos casos, la persona no parece poder pasar página. Sigue sufriendo al fallecido como si hubiera acabado de ocurrir. No puede pasar a la etapa de aceptación.
Pero aquí hay que puntualizar algo: es probable que nunca deje de doler. Lo que va a cambiar es la intensidad con la que se vive, la etapa en la que lo enfrentas.
Se dice que un tiempo promedio de duelo es aproximadamente 2 años. Que luego de ese tiempo, se estará enfrentando el hecho de una manera diferente, porque el tiempo ha logrado sanar muchas heridas.
Y aún así, es posible que luego de pasado ese tiempo, al escuchar su nombre, ver un video de esa persona o platicar sobre el asunto, vengan las lágrimas. Eso no quiere decir nada malo, es bastante normal.
El problema puede ocurrir cuando no pasas de etapa. Que sigues llorando con intensidad a la persona sin signos de pasar a otra etapa.
Aquí es donde se puede volver más peligroso, al convertirse en algo patológico. En estos casos, lo mejor es preguntar a un psicólogo sobre el asunto. Para atender a la persona, porque es desgastante seguir siempre con esa intensidad.
¿Cuándo es demasiado?
Es difícil saberlo, porque no existen medidas exactas. Pero aquí algunas ideas.
- Han pasado meses y la persona sigue llorando como el primer día. Otros familiares han tenido un mayor grado de aceptación, por lo que parece ya demasiado.
- Sigue sin aceptar que la persona murió, incluso diciéndolo abiertamente. Pensando que no es verdad que ha partido de este mundo.
- Tiene tiempo sin poder desempeñar sus actividades normalmente. Esto le ha terminado por acarrear todo tipo de problemas.
- Llora sin platicar con nadie del problema. Es algo interno, en donde se ve que hay dolor, pero no comparte con nadie el problema.
Llorar por alguien es normal. Un duelo tampoco tiene una medida exacta, para todos es diferente. Pero también es cierto que no pasar de etapa puede ser malo para la mente.