Mantener el equilibrio es importante en muchos aspectos. En la vida personal, en nuestra alimentación y en la relación con otras personas. Pero también es importante que en la naturaleza todo se mantenga equilibrado.
Porque aunque todo parezca el caos, en el mundo existe un equilibrio muy delicado. Que en caso de romperse, existen muchas consecuencias negativas que hubiéramos querido evitar, según demuestra la ecología.
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¿Qué es el equilibrio ecológico?
En primer lugar, ¿a qué equilibrio se refiere?
Esta es una teoría que afirma que en la naturaleza, existen pequeños ecosistemas que trabajan de forma equilibrada. En donde todos sus componentes se encuentran en la justa medida, permitiendo funcionar.
Y que dicho equilibrio debería mantenerse, de lo contrario habría problemas. Que podrían terminar por afectar a otros ecosistemas equilibrados, ya que todos se encuentra íntimamente relacionados.
Por lo tanto, si bien se encuentra formado de pequeños ecosistemas, al final del día por estar interconectados todos dependen de todos. Y por lo tanto, ese equilibrio debería mantenerse
¿Y qué puede romperlo?
Existen diversos factores que pueden terminar por romper la armonía. Algunos pueden ser naturales, por ejemplo, la presencia de un tornado, un huracán o un terremoto. En donde el flujo diario se verá interrumpido.
Los árboles serán arrancados de raíz, los ríos se desbordarán y en general habrán problemas para que dichos ecosistemas sigan con su flujo diario.
Pero uno de los grandes culpables por lo regular es el ser humano. El cual termina por explotar de manera descarada los recursos y causando cambios radicales en ecosistemas.
Por ejemplo, un bosque poblado, que es hogar de miles de especies. Un día, llega y se pone a talar todos los árboles, para poder llevarse la madera. Muchos hogares de animales estarán en peligro.
¿Y qué pasa si se rompe?
Pueden darse muchas situaciones:
Destrucción de hogares de animales.
Un entorno que haya cambiado podría causar que el hogar de toda una especie deje de ser habitable. Si destruyes sus árboles, por ejemplo, las ardillas ya no tendrán un hogar para donde subir.
O por ejemplo, si contaminas el agua, los peces morirán. Muchos de estos terminarán por morir o emigrar a otras partes, dejando el ecosistema cambiado al hacer que una de las fuentes de alimentación se termine.
Falta de alimento.
Si destruyes un lago, los peces mueren. Si matas a cierta especie, posiblemente era el alimento de otra. Al romper el equilibrio terminas por causar la desaparición de algunas especies de plantas o animales, que pueden ser fuente de alimento de otra.
Y si esta desaparece, es un efecto en cadena donde otra especie más termina perjudicada, causando que terminen por morir.
Extinción de especies enteras.
Esta situación puede ser peor cuando el ecosistema de una especie muy específica desaparece. Que probablemente no pueda crecer en cualquier otra parte del mundo. Y por lo tanto, pueda extinguirse.
Existen animales muy específicos de ciertos lugares del mundo. Y no sería la primera vez en donde un cambio radical en su ecosistema lo haga desaparecer para siempre de la faz de la tierra.
Desaparición de paisajes naturales.
También es una lástima que muchos sitios hermosos del mundo desaparezcan por esta causa. En donde un sitio que antes tenía mucha vida, termine por convertirse en un sitio desértico y muerto.
O peor aún, que sea un sitio contaminado y horrible, en donde no queda nada viviendo, porque el equilibrio terminó por romperse y llevando todo a su destrucción.
El equilibrio de la naturaleza es más delicado de lo que parece, pues lo que parece un cambio mínimo puede desembocar en la destrucción de todo un ecosistema.